La cuarta exposición se trata de Nosotros Robots, una recopilación histórica sobre el desarrollo de los robots y su impacto en la cultura de los seres humanos. Elabora en la historia, el desarrollo, los propósitos y el impacto en la sociedad, cultura e industria que han tenido los objetos autónomos en el mundo.
Al comienzo se dispone una línea de tiempo que describe brevemente los hitos más importantes de las diferentes etapas de la historia, revelando para muchos que el origen del concepto de robot se encuentra en el siglo XIV antes de Cristo, con la invención de los primeros relojes de arena. Además de esto, destacan la creación de un caballero mecánico realizado por Leonardo DaVinci en la Edad Media.
A lo largo de toda la exposición se encuentran numerosos modelos de robots a lo largo de la historia, además de un número de proyecciones con vídeos informativos acerca de diferentes áreas del tema en concreto. Por ejemplo, una de las proyecciones que más me llamó la atención fue una en la que se disponían gráficos estadísticos sobre la cantidad de robots en el mundo según su función, en donde la mayoría con diferencia es la función industrial, seguida por la recreativa.
Los robots son un conjunto de mecanismos que actúan en conjunto para ser capaces de realizar uno o varios movimientos necesarios para llevar a cabo la función para la que fueron creados, la cual varía dependiendo del tipo de robot y su objetivo.
Se dividen según su forma en androide, ginoide, geminoide, animaloide y plantoide por su semejanza a un hombre, una mujer, una persona en concreto, un animal o una planta, respectivamente. Por otro lado, se dividen según su aplicación en robots industriales, comprendiendo aquellos que pueden o no trabajar en conjunto con los humanos y aquellos que realizan tareas que los seres humanos no podemos; y en robots de servicios, que pueden ser médicos, militares o educacionales.
Además, la exposición cubre el lado psicológico y cultural del avance robótico. A medida que las tecnologías avanzan, se notó un interés en darles formas humanas a los robots, aparentemente debido a la noción de perfección que el ser humano tiene de si mismo, y por lo que el 80% de los robots de los siglos XIX y XX son humanoides.
Sin embargo, a finales del siglo XX y principios del XXI se empezó a desarrollar una especie de paranoia o miedo ante la apariencia extremadamente realista que comenzaban a tener los robots humanoides, por lo que hubo una disminución masiva de robots con apariencias humanas, adoptándose así formas más abstractas o adorables, como aquellas de animales de compañía.
Por otro lado, en la literatura empezaron a surgir historias sobre los robots y sus posibles sentimientos, más recientemente sobre los robots superando y dominando a la humanidad, como por ejemplo la película Metrópolis de Fritz Lang. Es por ello que en el mundo occidental se creó una cultura en la que nos sentimos con "temor" a que algún día las máquinas superen a los seres humanos, mientras que, por el contrario, en el mundo oriental y sobretodo en Japón, la mentalidad es cada vez más abierta a ellos.
Esto es evidenciable en la literatura japonesa, especialmente los mangas en los que siempre colocan a las máquinas como amigas del hombre y protectoras del bien, como por ejemplo Astroboy y Mazinger Z. Hoy en día, la industria robótica recreativa de Japón es la más amplia y activa.
Al comienzo se dispone una línea de tiempo que describe brevemente los hitos más importantes de las diferentes etapas de la historia, revelando para muchos que el origen del concepto de robot se encuentra en el siglo XIV antes de Cristo, con la invención de los primeros relojes de arena. Además de esto, destacan la creación de un caballero mecánico realizado por Leonardo DaVinci en la Edad Media.
A lo largo de toda la exposición se encuentran numerosos modelos de robots a lo largo de la historia, además de un número de proyecciones con vídeos informativos acerca de diferentes áreas del tema en concreto. Por ejemplo, una de las proyecciones que más me llamó la atención fue una en la que se disponían gráficos estadísticos sobre la cantidad de robots en el mundo según su función, en donde la mayoría con diferencia es la función industrial, seguida por la recreativa.
Los robots son un conjunto de mecanismos que actúan en conjunto para ser capaces de realizar uno o varios movimientos necesarios para llevar a cabo la función para la que fueron creados, la cual varía dependiendo del tipo de robot y su objetivo.
Se dividen según su forma en androide, ginoide, geminoide, animaloide y plantoide por su semejanza a un hombre, una mujer, una persona en concreto, un animal o una planta, respectivamente. Por otro lado, se dividen según su aplicación en robots industriales, comprendiendo aquellos que pueden o no trabajar en conjunto con los humanos y aquellos que realizan tareas que los seres humanos no podemos; y en robots de servicios, que pueden ser médicos, militares o educacionales.
Además, la exposición cubre el lado psicológico y cultural del avance robótico. A medida que las tecnologías avanzan, se notó un interés en darles formas humanas a los robots, aparentemente debido a la noción de perfección que el ser humano tiene de si mismo, y por lo que el 80% de los robots de los siglos XIX y XX son humanoides.
Sin embargo, a finales del siglo XX y principios del XXI se empezó a desarrollar una especie de paranoia o miedo ante la apariencia extremadamente realista que comenzaban a tener los robots humanoides, por lo que hubo una disminución masiva de robots con apariencias humanas, adoptándose así formas más abstractas o adorables, como aquellas de animales de compañía.
Por otro lado, en la literatura empezaron a surgir historias sobre los robots y sus posibles sentimientos, más recientemente sobre los robots superando y dominando a la humanidad, como por ejemplo la película Metrópolis de Fritz Lang. Es por ello que en el mundo occidental se creó una cultura en la que nos sentimos con "temor" a que algún día las máquinas superen a los seres humanos, mientras que, por el contrario, en el mundo oriental y sobretodo en Japón, la mentalidad es cada vez más abierta a ellos.
Esto es evidenciable en la literatura japonesa, especialmente los mangas en los que siempre colocan a las máquinas como amigas del hombre y protectoras del bien, como por ejemplo Astroboy y Mazinger Z. Hoy en día, la industria robótica recreativa de Japón es la más amplia y activa.
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